Edificio Central para la Biblioteca de la UIB
Edificio Central para la Biblioteca de la Universitat des Illes Balears
Finalista. No construido
Palma de Mallorca
Basado en la idea de implantar respetando en profundidad las preexistencias, la biblioteca se plantea como un desfiladero a recorrer por la huella dejada por las acequias preexistentes, que condicionan la actuacion.
La ubicación escogida para situar la biblioteca para la U.I.B. convierte la propuesta en un lugar de oportunidad. Por un lado, la situación central de privilegio, dentro del nuevo esquema del campus, nacido de la ampliación planteada, donde la biblioteca y el gran especio verde adyacente, serán los auténticos aglutinadores de la vida universitaria en el conjunto del campus. Por otro lado, la existencia de una acequia que data del siglo X, que atraviesa a su paso por la zona de actuación, según un eje noroeste-sureste, segregando del total una gran porción de terreno. Ante esta doble situación el edificio se configura buscando revertir esta coyuntura, dando una respuesta, asumiendo la situación, sacándole partido. Un prisma como volumen óptimo para albergar un edificio de estas características, emerge en el lugar designado y es atravesado por la lineas de flujo que atraviesan el terreno.
En el caso de la acequia, el edificio se rasga para mantener intacto el fluir del agua, segregando una porción del prisma, desplazando, de este modo, su acceso a una situación subterránea, singularizando dicho elemento. Aquí se ubicara el elemento más singular y a la vez más reservado, la biblioteca de fondo antiguo y archivo histórico. Por otro lado, el flujo peatonal de la comunidad universitaria entre las diferentes dotaciones existentes.
El edificio responde ante esto permitiendo que el flujo lo atraviese, ocasionando la aparición de una nueva grieta, un desfiladero en el prisma original, pasando de muro a puerta. Estos accidentes se convierten en lugares de oportunidad, donde lo individual y lo colectivo, lo público y lo privado se entrelazan en una sinergia enriquecedora para ambos. A nivel individual, del edificio propiamente, estos nuevos espacios exteriores colonizados, aportan riqueza espacial y funcional a la biblioteca, permitiendo la existencia de espacios exteriores utilizables, pero dotados de la necesaria intimidad que el acto de leer reclama. Del mismo modo se pretende preservar al máximo la vegetación preexistente, en especial los almendros, por su onteres como especie característica de la isla.
La grieta – desfiladero peatonal, en el contacto con la fachada, genera un vacío en la misma, lugar donde se produce el acceso a la biblioteca y donde se desarrollan los flujos de movimiento interno, los lugares de encuentro, siempre con el referente lumínico y visual que representa el vacío entre los volúmenes, donde los flujos público – privado se entremezclan, por una lado con la incorporación de la senda peatonal publica del campus, que al llegar al edificio se materializa en una rampa que recorre la grieta , para finalmente, tras pasar por debajo de lo privado emerge de nuevo para seguir su ruta pública.
El espacio contenido entre los volúmenes se convierte en un jardín interior accesible desde la biblioteca informal, que permite disfrutar de la lectura en el exterior. Todas las salas de lectura disfrutan de un contacto directo y controlado con el exterior, pero en una situación de intimidad, donde en referente visual es el propio edificio, es decir, el propio acto de leer como referente directo, aunque con referencias al paisaje lejano, más presentes a medida que el edificio asciende, llegando a tener una visión global del paisaje lejano en la segunda planta. Aquí se sitúan los elementos de carácter administrativo y docente, además del espacio de descanso del personal. Cada sala posee su singularidad, bien sea por su configuración espacial, como el caso de la hemeroteca, desarrollada por medio de vacíos entrelazados oblicuamente, ascendiendo por el volumen central. O bien como el caso de la sala de monografías, que incorpora en su configuración, un conjunto de lucernarios que busca reforzar la aportación de luz natural de que goza la sala.
Constructivamente, el edificio se resuelve nítidamente. Un prisma regular, materializado con una envolvente neutra, una fábrica de ladrillo, de clara vocación maciza, que aporta sobriedad y contundencia, que un edificio de estas características demanda. Se caracteriza por la casi total ausencia de huecos, únicamente una secuencia puntual, formalizada en la fachada este, que permite la entrada de luz a una amplia zona de biblioteca básica.
En contraposición, las grietas- desfiladero, formalizadas por paredes de vidrio abruptas, que se pliegan sobre si mismas, dinamizando el espacio y aportando la iluminación necesaria al mismo, todo ello configurado de un modo natural espontaneo, sin estridencias. El suelo de las salas se formaliza por medio de una tarima sobre elevada, lo que permite la incorporación de un suelo técnico que flexibiliza la disposición de las diferentes necesidades funcionales. La estructura se configura a base de pórticos de hormigón armado, sencilla, con una vocación de concentrar la atención en los espacios, en definitiva en la percepción espacial del acto de leer.
One Response to “Edificio Central para la Biblioteca de la UIB”
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